La bronquiolitis es la principal causa de infección respiratoria aguda baja en menores de 2 años. Tiene mayor frecuencia durante los meses de invierno debido a que el virus sincitial respiratorio es el agente causal más frecuente. La definición como tal es “el primer episodio de sibilancias en niños menores de 2 años”. Las sibilancias son un ruido respiratorio que se escucha con mayor frecuencia en la respiración, que representa la disminución del aire en los bronquios.   En los días previos se presentan síntomas de resfriado común, como rinorrea, estornudos, tos, con o sin fiebre que usualmente no es muy elevada y posteriormente aparece la irritabilidad, rechazo a la alimentación, respiración más rápida, signos de dificultad respiratoria (hundimiento de costillas, coloración violácea alrededor de la boca y/o en las uñas).  Como ya se mencionó anteriormente el virus sincitial respiratorio es el agente causal más común. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay otros virus como el parainfluenza tipos 1 y 3, adenovirus, rinovirus entre otros, que pueden causar bronquiolitis, e incluso en muchas ocasiones no se aísla ningún virus.   El promedio de incubación es entre 3 y 8 días, y se transmite a través de gotas grandes principalmente desde las manos, desde la mucosa de la nariz o los ojos, el virus se inocula en el tracto respiratorio. Es importante mencionar que el virus sobrevive en las manos 1 hora, y menos tiempo en otras superficies, sin embargo, se ha demostrado que puede sobrevivir hasta 30 horas en superficies duras y húmedas. Por eso la importancia del lavado de manos y el aseo general del lugar.   El comportamiento natural de la enfermedad es un inicio con síntomas leves los cuales van aumentando en severidad llegando a días “críticos” de la enfermedad que son el 3er, 4to y 5to día. En la mayoría de los casos se resuelve entre 5 a 7 días, y en casos más severos puede prolongarse de 2 a 4 semanas. La tos es lo último que va a desaparecer y es normal que dure hasta un mes en desaparecer.   Hay factores que se asocian con una mala evolución como edad menor a 3 meses, prematurez, enfermedad pulmonar crónica (displasia broncopulmonar, fibrosis quística), desnutrición, cardiopatías congénitas, enfermedades neurológicas o metabólicas, e inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.   El diagnóstico de la bronquiolitis es clínico, en algunos hospitales se toma un panel viral de las secreciones respiratorias con fines epidemiológicos, sin embargo, no es de gran valor y el hecho de que sea negativo no excluye el diagnóstico. En algunos casos (los que precisen hospitalización), se les hará una radiografía de tórax cuando haya sospecha de otros diagnósticos diferenciales como por ejemplo neumonía o ingesta de un cuerpo extraño.  En algunos casos severos que requieran ingreso a la unidad de cuidado intensivo se harán otros estudios específicos.   El tratamiento de base es de soporte, es decir hidratación, controlar la temperatura, asegurar alimentación y los lavados nasales. Los casos donde haya dificultad respiratoria importante y saturación de oxígeno por debajo de las metas, dificultad para la alimentación, factores de riesgo para bronquiolitis grave, factores de riesgo socioeconómicos incluyendo dificultad para el traslado serán hospitalizados. El oxígeno será el medicamento de elección, y en algunas ocasiones se harán micronebulizaciones con solución salina hipertónica, las cuales están muy discutidas en la literatura acerca de su efectividad. Los antibióticos, los inhaladores, los antivirales no se utilizan de rutina.   Finalmente, es importante entender el curso natural de la enfermedad, tanto los días más críticos como el tiempo que puede durar en resolver los síntomas, los signos de alarma y la prevención para propagar los virus. El pronóstico en la mayoría es muy bueno, con mortalidad muy baja en niños sanos.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.